sábado, 21 de junio de 2025

aceptar la ansiedad 4

Puede parecer contradictorio, pero aprender a aceptar la ansiedad puede ser una de las formas más efectivas de disminuir su poder. En lugar de luchar o resistir los sentimientos de ansiedad, lo que a menudo los amplifica, la aceptación implica reconocer su presencia sin juzgar. Esto no significa que te guste la ansiedad o que quieras que se quede, sino más bien que estás dispuesto a experimentarla tal como es, sin intentar apartarla.

 

Cuando resistimos la ansiedad, a menudo nos vemos atrapados en un ciclo de miedo a la propia ansiedad. Podríamos preocuparnos por lo que significa, cuánto durará o cómo afectará nuestras vidas. Esta ansiedad secundaria a menudo hace que los sentimientos de ansiedad iniciales se sientan aún peor. La aceptación ayuda a romper este ciclo.

 

Cuando dejas de luchar contra la ansiedad, reduces la tensión y el esfuerzo que gastas, que puede ser agotador y contraproducente.

 

Al permitir que la ansiedad esté ahí, le quitas su poder para controlar tus acciones y pensamientos. Se convierte en una sensación más, en lugar de una amenaza abrumadora.

 

Cuando no estás consumido por la lucha contra la ansiedad, creas espacio mental y emocional para experimentar otros sentimientos, tomar decisiones conscientes y comprometerte más plenamente con la vida.

 

La aceptación es un acto de autocompasión. En lugar de ser crítico contigo mismo por sentirte ansioso, te tratas con amabilidad y comprensión.

 

Aceptar la ansiedad es una habilidad que requiere práctica, pero es muy valiosa de desarrollar.

 

Cuando notes ansiedad, simplemente di para ti mismo: "Estoy sintiendo ansiedad en este momento". No intentes analizarla o entender por qué. Solo anota su presencia.

 

Observa sin juzgar: Presta atención a dónde sientes la ansiedad en tu cuerpo (por ejemplo, opresión en el pecho, corazón acelerado, mariposas en el estómago). Observa tus pensamientos, pero intenta no dejarte llevar por ellos ni juzgarlos como buenos o malos. Piensa en ti mismo como un observador neutral.

 

Permite que esté: Imagina que abres tus brazos para dar la bienvenida al sentimiento, en lugar de alejarlo. Esto no significa que te guste, pero le estás dando permiso para estar allí por el momento. Puedes decirte internamente: "Está bien sentir esto ahora mismo".

 

Todas las emociones, incluida la ansiedad, son transitorias. Recuérdate a ti mismo que este sentimiento pasará, al igual que todos los demás sentimientos.

 

Actúa de acuerdo con tus valores: Incluso cuando te sientas ansioso, intenta seguir participando en actividades que son importantes para ti. No dejes que la ansiedad dicte tu vida. Esto envía un mensaje poderoso a tu cerebro de que la ansiedad no tiene por qué detenerte.

 

No es rendirse o resignarse a una vida de ansiedad, es un cambio estratégico que conduce a menos ansiedad con el tiempo.

 

Al adoptar la aceptación, puedes cambiar tu relación con la ansiedad de una lucha constante a una de mayor paz y resiliencia.



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Aceptar la ansiedad puede sonar contradictorio, especialmente cuando es una emoción que a menudo queremos evitar o eliminar. Sin embargo, en el contexto de la terapia y el bienestar emocional, "aceptar la ansiedad" no significa resignarse a ella o permitir que nos controle. Más bien, se refiere a una estrategia para cambiar nuestra relación con la ansiedad, lo que a menudo reduce su intensidad y su impacto negativo.

 

Aceptar la ansiedad implica varias cosas clave:

 

 * Reconocer su presencia sin juzgarla: En lugar de luchar contra el sentimiento o desear que desaparezca, la aceptación nos invita a notar la ansiedad cuando aparece, sin etiquetarla como "mala" o "peligrosa".

 

 * Permitir que exista: Esto no significa que nos guste sentir ansiedad, sino que no intentamos suprimirla o escapar de ella. Cuando luchamos contra la ansiedad, a menudo la hacemos más fuerte o prolongamos su duración.

 

 * Observar la ansiedad con curiosidad: Imagina que eres un observador externo. ¿Cómo se siente en tu cuerpo? ¿Qué pensamientos aparecen? Esta distancia nos ayuda a ver que la ansiedad es una sensación temporal, no una parte inmutable de nosotros.

 

 * Desengancharse de los pensamientos ansiosos: La ansiedad a menudo viene acompañada de pensamientos catastróficos o rumiaciones. Aceptar la ansiedad implica reconocer estos pensamientos, pero no identificarse con ellos ni creerlos automáticamente. Son solo pensamientos, no hechos.

 

 * Continuar con tus actividades a pesar de la ansiedad: Uno de los mayores desafíos de la ansiedad es que nos impulsa a evitar situaciones. La aceptación nos anima a actuar en línea con nuestros valores y metas, incluso si la ansiedad está presente. Esto enseña a nuestro cerebro que la ansiedad no es un peligro real y que podemos funcionar a pesar de ella.

 

¿Por qué es importante aceptar la ansiedad?

 

 * Reduce la lucha interna: Gran parte del sufrimiento asociado con la ansiedad proviene de nuestra resistencia a ella. Al dejar de luchar, liberamos energía que antes se destinaba a la supresión.

 

 * Disminuye la intensidad de la ansiedad: Paradójicamente, cuando aceptamos la ansiedad, a menudo disminuye su intensidad. Es como el efecto de "no pienses en un elefante rosa": cuanto más intentas evitar algo, más presente se vuelve.

 

 * Fomenta la flexibilidad psicológica: La aceptación nos ayuda a ser más adaptables y a responder de manera más efectiva a las emociones difíciles, en lugar de quedar atrapados en patrones de evitación.

 

 * Permite vivir una vida más plena: Al no dejar que la ansiedad dicte nuestras acciones, podemos perseguir lo que realmente nos importa y vivir de acuerdo con nuestros valores, incluso si eso implica sentir incomodidad ocasional.

 

                                                      (by Gemini)

 

viernes, 17 de mayo de 2024

refutar emociones negativas

 Muchas de las emociones que sentimos no se corresponden con la realidad. Esto se debe a que nuestras emociones están influenciadas por una variedad de factores, incluyendo:

  • Nuestras experiencias pasadas: Las cosas que hemos vivido en el pasado pueden afectar la forma en que interpretamos las situaciones actuales y cómo reaccionamos ante ellas. Por ejemplo, si en el pasado te han criticado tu trabajo, es posible que te sientas ansioso y nervioso cada vez que tengas que presentar un proyecto, incluso si tu trabajo actual es bueno.
  • Nuestras creencias: Nuestras creencias sobre nosotros mismos, el mundo y los demás también pueden influir en nuestras emociones. Por ejemplo, si crees que no eres digno de amor, es posible que te sientas inseguro y celoso en tus relaciones.
  • Nuestros valores: Nuestros valores son los principios que consideramos importantes en la vida. Cuando sentimos que nuestras acciones o las acciones de los demás no están de acuerdo con nuestros valores, esto puede desencadenar emociones negativas como la ira, la frustración o la culpa.
  • Nuestra salud física: Nuestra salud física también puede afectar nuestro estado emocional. Por ejemplo, si no dormimos lo suficiente o no comemos alimentos saludables, es más probable que nos sintamos irritables y de mal humor.
  • El estrés: El estrés puede tener un impacto significativo en nuestras emociones. Cuando estamos estresados, es más probable que experimentemos emociones negativas como la ansiedad, la ira y la tristeza.

 

 

Saber si nuestras emociones se corresponden o no con la realidad puede ser un desafío, ya que las emociones son subjetivas y la realidad puede ser interpretada de diversas maneras. Sin embargo, existen algunas señales que pueden ayudarte a identificar una posible discrepancia:

1. Intensidad de la emoción: Si la intensidad de tu emoción no coincide con la situación, es posible que esté distorsionada. Por ejemplo, si te sientes extremadamente ansioso por hablar en público ante un pequeño grupo de personas, es posible que tu emoción esté exagerada.

2. Duración de la emoción: Si una emoción negativa persiste mucho tiempo después de que haya pasado el evento que la provocó, es posible que no se corresponda con la realidad. Por ejemplo, si sigues sintiendo rencor por algo que sucedió hace mucho tiempo, es posible que tu emoción sea desproporcionada.

3. Impacto en tu comportamiento: Si tus emociones están interfiriendo con tu capacidad para funcionar en tu vida diaria, es posible que no se correspondan con la realidad. Por ejemplo, si evitas hablar en público debido a la ansiedad, es posible que tu miedo sea excesivo.

4. Incoherencia con tus pensamientos: Si tus emociones no coinciden con tus pensamientos racionales, es posible que estén distorsionadas. Por ejemplo, si piensas que eres una persona incompetente pero en realidad tienes un buen desempeño en tu trabajo, es posible que tu emoción de autodesprecio no se corresponda con la realidad.

5. Comparación con la realidad: Si puedes comparar tu reacción emocional con la de otras personas en la misma situación, esto puede ayudarte a determinar si tu emoción es apropiada. Por ejemplo, si todos los demás en la sala parecen estar tranquilos durante una presentación, pero tú te sientes ansioso, es posible que tu ansiedad sea excesiva.

 

 

Darse cuenta de la irrealidad de una emoción negativa es un paso crucial para poder cambiarla. A menudo, nuestras emociones negativas se basan en pensamientos distorsionados o creencias irracionales que no se ajustan a la realidad. Al identificar estos pensamientos y creencias, podemos comenzar a desafiarlos y reemplazarlos por otros más positivos y realistas.

Aquí hay algunos pasos que puedes seguir para darte cuenta de la irrealidad de una emoción negativa:

1. Identifica tu emoción: El primer paso es reconocer que estás experimentando una emoción negativa. Presta atención a tus sentimientos físicos, pensamientos y comportamientos. ¿Qué te hace sentir así? ¿Cuáles son los pensamientos que pasan por tu mente?

2. Cuestiona tus pensamientos: Una vez que hayas identificado tu emoción, comienza a cuestionar los pensamientos que la sustentan. ¿Son estos pensamientos realmente ciertos? ¿Hay evidencia que los apoye? ¿O son más bien pensamientos distorsionados o basados en creencias irracionales?

3. Reevalúa la situación: Intenta ver la situación desde una perspectiva diferente. ¿Cómo interpretaría un amigo o familiar esta situación? ¿Hay otras formas de ver lo que está sucediendo?

4. Refuta tus pensamientos negativos: Cuando identifiques un pensamiento negativo, rebátelo con un pensamiento más positivo y realista. Por ejemplo, en lugar de pensar "Soy un fracaso", puedes pensar "Cometí un error, pero eso no significa que no sea una persona válida".

 

Gemini y Francisco Bengochea

 

martes, 21 de noviembre de 2023

qué hacer con los pensamientos negativos

Los pensamientos negativos: Hay un Plan B alternativo

LA REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA COMO TÉCNICA DE CAMBIO

 

En ocasiones, no podemos evitar o eliminar los pensamientos negativos, porque no podemos dejar de pensar, esa es la función de nuestra mente. La clave es qué hacemos con esos pensamientos negativos.

 

Las denominadas técnicas de reestructuración cognitiva son una de las herramientas más poderosas que los avanzados tratamientos psicológicos tienen para lograrlo, y representan una de las claves del bienestar emocional de la persona.

 

Siempre hay un Plan B para tus pensamientos negativos, de igual modo que no hay una única estrategia para afrontar las emociones desagradables. Puedes entrenarte en iniciar un diálogo con esos pensamientos negativos, en el que al final obtengas beneficios: refuerzo, bienestar, conocimiento, liberación…

 

Las técnicas de reestructuración cognitiva consisten en aprender a identificar los pensamientos negativos asociados a tu malestar, encontrar las claves y el origen de ese malestar. Y a partir de ahí, reformular la perspectiva desde donde ves las cosas, para creer que puedes pensar de un modo diferente.

 

¿Y cómo sabemos que esos pensamientos, son realmente negativos? Porque son distorsionados y nos alejan de la realidad, y/o porque nos alejan de nuestros objetivos y valores: de lo que queremos ser y que sea nuestra vida.

 

Partir de la máxima de que no por el hecho de pensar algo es cierto, ya es un buen inicio. Es bueno vencer las resistencias y atrevernos a ver otras alternativas al pensamiento que tenemos.

 

Iniciar el cambio de tus pensamientos negativos no es algo automático, es un entrenamiento, y un camino, y como todo recorrido, tiene obstáculos.

 

Obstáculos para cambiar pensamientos negativos

 

Obstáculo 1

“Yo pienso bien, soy objetivo y no hay más realidad que la que yo veo”.

 

Pocas personas considerarían esta afirmación como propia. Sin embargo, creo que todos hemos pensado alguna vez: “sé lo que va a pasar”, “sé lo que me va a decir”, o “lo intentaré, pero no puedo hacerlo”. Cuando piensas así, en realidad, para ti no es una simple hipótesis, sino que crees racional y “físicamente” que eso que piensas es real. Es decir, construyes en tu mente el argumento: pensamiento = realidad.

 

Una de las conversaciones que suelo tener cuando trabajo en el cambio de pensamientos negativos con una persona, trata justo sobre esto. Y estas son algunas preguntas que le hago: ¿Cuándo te has equivocado pensando? ¿Cuándo diste como real algo que no lo era? Y hoy ¿en qué has pensado erróneamente? Y ahora mismo ¿qué pensamiento negativo está activo y tu cuerpo y tus emociones están tratando como real, cuando podría no serlo?

 

Obstáculo 2

La culpa: “No puedo evitar pensar así y ello me hace sentir fatal”.

 

Si llegan a tu mente frecuentes pensamientos que te bloquean, te desaniman, te alejan de tus objetivos y tus valores… no hay nada que estés haciendo mal en ese instante en que aparecen. No hay nada que te haga responsable de que esos pensamientos lleguen a tu mente: son automáticos. No tienes “la culpa” de que los pensamientos negativos aparezcan: no puedes eliminar su aparición.

 

Cuando tu cuerpo te hace sentir opresión en el estómago o en el pecho, algo de aturdimiento y venga de forma continua la misma frase o imagen, no está en tu mano que eso no surja. Pero sí hay algo que puedes hacer en relación a cómo actúa tu mente, justo después de la aparición de esos pensamientos.

 

Eres capaz de hacer que esos pensamientos negativos no se instalen en ti como una realidad.

 

Para que el cambio de pensamientos funcione, hemos de tener una actitud clara y sencilla:

 

No eres culpable de que algunos pensamientos negativos aparezcan. Pero una vez ya han aparecido, sí eres responsable de hacerte capaz de identificarlos, dirigirlos y construir poco a poco una forma distinta de pensar.

 

 Obstáculo 3

“Puedo pensar de otra forma, pero no me lo creo”.

 

“Sí, entiendo que podría pensar que las cosas pueden mejorar y que seré capaz de superar esta ruptura, pero ahora mismo no lo siento así”. “Podría pensar que de este estado de absoluta desolación puedo salir, pero no lo creo posible en esta situación. No puedo sentir que es cierta esa forma de pensar. Sí estuvieras en mi situación pensarías como yo, que no hay solución posible. Puedo pensar lo que me pides, pero sería autoengañarme”.

 

Esta respuesta es normal. Es normal este tipo de razonamiento. Nos está diciendo que… empieza el trabajo.

 

Es normal que no te lo creas en un primer momento. Que no sientas realmente que superarás una ruptura o que la desolación no tiene salida o que cualquier otro mensaje que traiga tu pensamiento no es cierto, no es veraz.

 

La clave no está en pensar de otra forma cuando creas que es real, cuando sientas que es real. La clave está en que tu diálogo interno te haga dudar, y con ello, empezar a actuar de forma distinta, de forma acorde a esa duda. ¿Estoy seguro que no seré capaz de superar la ruptura? ¿Recuerdo si pensé algo similar en la anterior separación? ¿Y he estado feliz tras ello? ¿Y si la supero también esta vez?

 

Sólo tras un tiempo viviendo conforme a la duda que hemos generado respecto al pensamiento negativo inicial, podremos comprobar si esa duda tenía sentido.

 

Cambiar tu pensamiento negativo, aún sin creer que eso funcionará, vivir respecto a ese cambio, y comprobar más tarde si ha ocurrido algo distinto que te haga sentir que ese cambio puede ser más real de lo que sentías inicialmente.

 

https://www.areahumana.es/cambiar-los-pensamientos-negativos/

miércoles, 18 de octubre de 2023

refutar, desmentir

cómo refutar los pensamientos negativos

Los pensamientos negativos pueden causar ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental.

Hay varias formas de refutar los pensamientos negativos para desactivarlos. Una forma es reconocer que son solo pensamientos. Los pensamientos no son hechos. Son simplemente palabras o imágenes que pasan por nuestra mente.

Otra forma de refutar los pensamientos negativos es buscar evidencia que los contradiga. ¿Hay alguna evidencia que apoye el pensamiento negativo? Si no, es probable que sea solo un pensamiento distorsionado.

También puedes reformular el pensamiento negativo de una forma más realista y positiva. Por ejemplo, si tienes el pensamiento negativo "Soy un fracaso", podrías reformularlo como "No siempre soy perfecto, pero siempre estoy aprendiendo y creciendo".

Finalmente, puedes practicar la aceptación de tus pensamientos negativos. No tienes que creerlos, pero puedes aceptarlos como parte de la experiencia humana.

Es importante tener en cuenta que refutar los pensamientos negativos puede ser un proceso difícil. Requiere práctica y paciencia. Pero con el tiempo, puedes aprender a identificar y desafiar tus pensamientos negativos, lo que puede ayudarte a mejorar tu salud mental y el bienestar.

 

Aquí hay algunos consejos generales para refutar los pensamientos negativos:

  • Identifica tus pensamientos negativos. El primer paso es ser consciente de tus pensamientos negativos. Una vez que los hayas identificado, puedes empezar a trabajar en refutarlos.
  • Cuestiona la veracidad de tus pensamientos. ¿Son realmente ciertos tus pensamientos negativos? ¿Hay evidencia que los apoye? Es importante ser objetivo y honesto contigo mismo al evaluar tus pensamientos.
  • Ofrece una visión más realista y positiva. En lugar de aceptar tus pensamientos negativos como verdades absolutas, ofrece una visión más realista de la situación. ¿Hay alguna forma de ver la situación de una manera más positiva?
  • Céntrate en tus fortalezas. Es fácil centrarse en tus debilidades y defectos, pero es importante recordar tus fortalezas y logros. Tómate un tiempo para pensar en las cosas que haces bien y en las cosas que has logrado.
  • Practica la gratitud. La gratitud puede ayudarte a ver el lado positivo de la vida. Tómate un tiempo cada día para pensar en las cosas por las que estás agradecido.

 

ejemplos de refutación de pensamientos negativos:

  • Pensamiento negativo: "Soy un fracasado."
  • Refutación: "He tenido éxitos en el pasado. Estoy trabajando duro para alcanzar mis objetivos. No soy un fracasado."
  • Pensamiento negativo: "Nadie me quiere."
  • Refutación: "Tengo amigos y familiares que me quieren. He tenido relaciones románticas en el pasado. No es cierto que nadie me quiera."
  • Pensamiento negativo: "No soy lo suficientemente bueno."
  • Refutación: "Tengo muchas cualidades positivas. He logrado cosas importantes en mi vida. Soy lo suficientemente bueno."
  • Pensamiento negativo: "El mundo es un lugar horrible."
  • Refutación: "Hay mucha bondad y belleza en el mundo. Hay personas que se preocupan por los demás y trabajan para hacer del mundo un lugar mejor."
  • Pensamiento negativo: "El futuro es sombrío."
  • Refutación: "El futuro es incierto, pero también lleno de posibilidades. Hay cosas buenas que pueden pasar."
  • Pensamiento negativo: "No puedo hacer nada para cambiar mi vida."
  • Refutación: "Tengo el poder de tomar decisiones y actuar para cambiar mi vida. Puedo hacer un impacto positivo."
  • Pensamiento negativo: "No soy capaz de superar esto."
  • Refutación: "He superado desafíos en el pasado. Tengo la fuerza y la resiliencia para superar esto también."
  • Pensamiento negativo: "No merezco ser feliz."
  • Refutación: "Todos merecemos ser felices. La felicidad es un derecho humano."

 

desmentir sensaciones negativas

Desmentir sensaciones negativas es el proceso de identificar y refutar pensamientos, creencias o percepciones que están causando emociones negativas. Estas sensaciones negativas pueden ser de cualquier tipo, como tristeza, ansiedad, ira o miedo.

 

Para desmentir sensaciones negativas, es importante seguir estos pasos:

1.       Identifica la sensación negativa. Lo primero que debes hacer es identificar la sensación negativa que estás experimentando. ¿Te sientes triste, ansioso, enojado o asustado?

2.       Identifica el pensamiento, creencia o percepción que está causando la sensación negativa. Una vez que hayas identificado la sensación negativa, intenta identificar el pensamiento, creencia o percepción que está causando esa sensación.

3.       Cuestiona la veracidad del pensamiento, creencia o percepción. ¿Hay evidencia que apoye el pensamiento, creencia o percepción? ¿O es solo una creencia que te has impuesto?

4.       Genera una refutación realista y positiva. La refutación debe ser realista y positiva. No sirve de nada decirte que no vas a fracasar si no tienes ninguna evidencia para apoyar esa afirmación. La refutación debe basarse en tus cualidades reales y en tus logros.

5.       Practica la refutación. La práctica hace al maestro. Cuanto más practiques la refutación de sensaciones negativas, más fácil te resultará hacerlo.

 

Es importante recordar que desmentir sensaciones negativas lleva tiempo y práctica. No esperes resultados inmediatos. Simplemente empieza por identificar los pensamientos, creencias o percepciones que están causando tus emociones negativas y luego trabaja en refutarlos. Con el tiempo, aprenderás a identificar y refutar estas sensaciones negativas de forma más rápida y fácil.

Aquí hay algunos consejos adicionales para desmentir sensaciones negativas:

·         Sé paciente. Desmentir sensaciones negativas lleva tiempo y práctica. No esperes resultados inmediatos.

·         No te juzgues. Es normal tener pensamientos negativos. Lo importante es que no te juzgues por tenerlos. Simplemente tómate un momento para cuestionarlos y refutarlos.

·         Busca ayuda profesional. Si estás teniendo dificultades para desmentir tus sensaciones negativas, puedes buscar ayuda profesional. Un terapeuta puede ayudarte a identificar los pensamientos negativos que te están afectando y desarrollar estrategias para refutarlos.

 

Beneficios de desmentir sensaciones negativas:

·         Reduce el estrés y la ansiedad. Al identificar y refutar pensamientos negativos, podemos empezar a reducir el estrés y la ansiedad que estos pensamientos están causando.

·         Mejora la autoestima. Cuando podemos refutar nuestros pensamientos negativos, empezamos a vernos a nosotros mismos de una manera más positiva.

·         Aumenta la confianza en uno mismo. Cuando aprendemos a controlar nuestros pensamientos negativos, empezamos a sentirnos más seguros de nosotros mismos y de nuestras capacidades.

 

Francisco Bengochea y Bard



lunes, 21 de marzo de 2022

aceptar la ansiedad 3

 “La aceptación es lo que permite el cambio y lo que realmente lo hace posible. La aceptación desarma el programa fundamental de lucha y control con el que muchos clientes llegan a agotarse. Acaba con la necesidad de entablar primero una lucha constante contra los pensamientos, emociones y circunstancias de la vida para vivir luego con un sentido y un propósito”

 

“Aplicada a los trastornos de ansiedad, aceptación significa renunciar a la lucha contra el miedo y la ansiedad. La postura de aceptación debe traducirse en estar dispuesto a experimentar los pensamientos, recuerdos, sensaciones y sentimientos de ansiedad tal como son, sin hacer nada por evitarlos ni escapar de esas vivencias ni de las circunstancias que puedan provocarlas, y sin actuar solo en función de lo que la mente pueda decir sobre el significado de tales vivencias”

 

“En el contexto del tratamiento, la aceptación es altamente vivencial. En su núcleo, la aceptación consiste en acercarse y entrar en contacto con los pensamientos, emociones y experiencias vitales, completamente y sin defensa. Es «actuar con lo que se siente», no «actuar porque se siente». Lo que quiere decir que la aceptación debe experimentarse de forma directa

 

“Lo que no está claro por el momento es si la aceptación puede ser simplemente enseñada. Tenemos la sensación de que es poco probable que la aceptación pueda desarrollarse meramente a través de instrucciones y que es necesario experimentarla. […] El problema estriba en que para transformar nuestra experiencia del mundo necesitamos permitirnos a nosotros mismos experimentar el mundo directamente, sin transformarlo, tal como es

 

“La aceptación no tiene que ver con que nos guste nuestra experiencia (pasada o presente) ni con aprobar lo que nos ha pasado o nos ha dejado de pasar. Tampoco tiene que ver con tener razón. Se relaciona con ser proactivos, no reactivos, y con reconocer y experimentar lo que es, tal como está siendo

 

“Al adoptar una postura de aceptación, los clientes se sitúan en posición de recuperar el tiempo y energía que, de otro modo, habrían gastado en intentar cambiar lo que no puede ni necesita ser cambiado. La aceptación activa libera a los clientes para emprender acciones orientadas hacia lo que verdaderamente se puede controlar y forma parte del vivir”

 

La aceptación es más fácil que la no aceptación precisamente porque se aflojan las cuerdas de la evitación, la lucha y el control que, por lo general, atan y unen al cliente con la ansiedad. No hay necesidad de luchar, no hay necesidad de huir. No se necesita librar la batalla del tira y afloja con los propios pensamientos y sentimientos

 

George H. Eifert, John P. Forsyth:  ACT, la terapia de aceptación y compromiso para trastornos de ansiedad (Ed. Mensajero)

jueves, 23 de septiembre de 2021

tolerancia y positividad ***

*** por Francisco Bengochea


El principal asunto en cuanto a la influencia del pensamiento en nuestro bienestar, viene a ser el sufrimiento que causan las valoraciones negativas. Por una parte, esta negatividad puede ser provocada de manera en cierto modo ‘objetiva’, en cuanto que provenga de una apreciación ‘normal’ de circunstancias desfavorables. Hoy en día hay numerosos autores que defienden que no es una actitud sana el tratar de ver las cosas de un modo positivo cuando la realidad no es positiva. Por otro lado, todos podemos comprobar que una actitud optimista es mas productiva que una pesimista en cuanto que ver el lado bueno de las cosas nos hace sentir mejor y tomar mejores decisiones.

 

Una forma especialmente perniciosa de negatividad es la valoración de eventos normales, neutros, no especialmente dañinos, como si fueran verdaderos desastres o, cuando menos, como sucesos insoportables que hay que evitar y combatir a toda costa. De hecho, nuestra mayor fuente de sufrimiento es la negatividad que surge de las malas interpretaciones, de la evaluación de las circunstancias con sesgos negativos cuando una valoración ‘en frío’, con una seria autosinceridad nos dice que las cosas no son así, que no hay que por que tomarse a la tremenda cosas que pueden valorarse como normales, neutras o decididamente tolerables.

 

Por eso, cuando nos sintamos mal, una de las formas de intentar mejorar nuestro estado es preguntarnos si la forma en que estamos valorando la situación es realmente objetiva, si lo que está sucediendo en realidad no es tan malo, que quizás estamos exagerando. Percibir que quizás nuestro sufrimiento está provocado, mas que por la situación en sí, por la descripción tan negativa que estamos haciendo de ella, y darse cuenta de ello no mediante el autoengaño, sino por medio del razonamiento lógico.

domingo, 22 de noviembre de 2020

dejar ir

"Dejar ir implica ser consciente de un sentimiento, dejarlo crecer, permanecer en él y permitir que siga su curso sin querer que sea diferente ni hacer nada con relación a él. Significa, simplemente, dejar que el sentimiento esté ahí y centrarse en dejar correr la energía que tiene detrás. El primer paso es permitirte sentir la sensación sin resistirte a ella, sin expresarla, temerla, condenarla ni aplicarle un juicio moral. Abandonar el juicio y ver que solo es una sensación. La técnica consiste en estar con la sensación y entregar cualquier intento de modificarla. Soltamos la resistencia a ella. Es la resistencia la que alimenta la sensación. Cuando dejas de resistirte o de intentar modificarla, pasas al próximo sentimiento, que vendrá acompañado de una sensación más llevadera. Una sensación a la que no te resistas desaparecerá a medida que se disipe la energía que la sustenta."

 

"Al comenzar el proceso, te darás cuenta de que sientes miedo y culpa por tener ciertos sentimientos; en general, habrá resistencia a sentirlos. Es más fácil permitir que surjan los sentimientos si primero se abandona la reacción a tenerlos. El miedo al propio miedo es un claro ejemplo de esto. Suelta el miedo o la culpa que tienes con respecto a la primera sensación y, a continuación, entra en el sentimiento en sí."

 

David R. Hawkins:  Dejar ir: El camino de la liberación  (Ed. El Grano de Mostaza)