Puede parecer contradictorio, pero aprender a aceptar la ansiedad puede ser una de las formas más efectivas de disminuir su poder. En lugar de luchar o resistir los sentimientos de ansiedad, lo que a menudo los amplifica, la aceptación implica reconocer su presencia sin juzgar. Esto no significa que te guste la ansiedad o que quieras que se quede, sino más bien que estás dispuesto a experimentarla tal como es, sin intentar apartarla.
Cuando resistimos la ansiedad, a
menudo nos vemos atrapados en un ciclo de miedo a la propia ansiedad. Podríamos preocuparnos por lo que
significa, cuánto durará o cómo afectará nuestras vidas. Esta ansiedad secundaria a menudo hace que los sentimientos de ansiedad
iniciales se sientan aún peor. La aceptación ayuda a romper este ciclo.
Cuando dejas de luchar contra la
ansiedad, reduces la tensión y el esfuerzo que gastas, que puede ser agotador y
contraproducente.
Al permitir que la ansiedad esté ahí, le quitas su poder para controlar tus acciones y
pensamientos. Se convierte en una sensación más,
en lugar de una amenaza abrumadora.
Cuando no estás consumido por la
lucha contra la ansiedad, creas espacio mental y emocional para experimentar
otros sentimientos, tomar decisiones conscientes y comprometerte más plenamente
con la vida.
La aceptación es un acto de
autocompasión. En lugar de ser crítico contigo mismo por sentirte ansioso, te tratas con
amabilidad y comprensión.
Aceptar la ansiedad es una
habilidad que requiere práctica, pero es muy valiosa de desarrollar.
Cuando notes ansiedad, simplemente
di para ti mismo: "Estoy sintiendo ansiedad en este momento". No
intentes analizarla o entender por qué. Solo anota su presencia.
Observa sin juzgar: Presta atención
a dónde sientes la ansiedad en tu cuerpo (por ejemplo, opresión en el pecho,
corazón acelerado, mariposas en el estómago). Observa tus pensamientos, pero
intenta no dejarte llevar por ellos ni juzgarlos como buenos o malos. Piensa en
ti mismo como un observador neutral.
Permite que esté: Imagina que abres
tus brazos para dar la bienvenida al sentimiento, en lugar de alejarlo. Esto no
significa que te guste, pero le estás dando permiso para estar
allí por el momento. Puedes decirte internamente: "Está bien sentir esto
ahora mismo".
Todas las emociones, incluida la
ansiedad, son transitorias. Recuérdate a ti mismo que este sentimiento pasará,
al igual que todos los demás sentimientos.
Actúa de acuerdo con tus valores:
Incluso cuando te sientas ansioso, intenta seguir participando en actividades que son importantes
para ti. No dejes que la ansiedad dicte tu
vida. Esto envía un mensaje poderoso a tu
cerebro de que la ansiedad no tiene por qué detenerte.
No es rendirse o resignarse a una
vida de ansiedad, es un cambio estratégico que conduce a menos
ansiedad con el tiempo.
Al adoptar la aceptación, puedes
cambiar tu relación con la ansiedad de una lucha constante a una de mayor paz y resiliencia.
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Aceptar la ansiedad puede sonar
contradictorio, especialmente cuando es una emoción que a menudo queremos
evitar o eliminar. Sin embargo, en el contexto de la terapia y el bienestar
emocional, "aceptar la ansiedad" no significa resignarse a ella o
permitir que nos controle. Más bien, se refiere a una estrategia para cambiar
nuestra relación con la ansiedad, lo que a menudo reduce su intensidad y su
impacto negativo.
Aceptar la ansiedad implica varias
cosas clave:
* Reconocer su presencia sin
juzgarla: En lugar de luchar contra el sentimiento o desear que desaparezca, la
aceptación nos invita a notar la ansiedad cuando aparece, sin etiquetarla como
"mala" o "peligrosa".
* Permitir que exista: Esto
no significa que nos guste sentir ansiedad, sino que no intentamos suprimirla o
escapar de ella. Cuando luchamos contra la ansiedad, a menudo la hacemos más
fuerte o prolongamos su duración.
* Observar la ansiedad con
curiosidad: Imagina que eres un observador externo. ¿Cómo se siente en tu
cuerpo? ¿Qué pensamientos aparecen? Esta distancia nos ayuda a ver que la
ansiedad es una sensación temporal, no una parte inmutable de nosotros.
* Desengancharse de los
pensamientos ansiosos: La ansiedad a menudo viene acompañada de pensamientos
catastróficos o rumiaciones. Aceptar la ansiedad implica reconocer estos
pensamientos, pero no identificarse con ellos ni creerlos automáticamente. Son
solo pensamientos, no hechos.
* Continuar con tus
actividades a pesar de la ansiedad: Uno de los mayores desafíos de la ansiedad
es que nos impulsa a evitar situaciones. La aceptación nos anima a actuar en
línea con nuestros valores y metas, incluso si la ansiedad está presente. Esto
enseña a nuestro cerebro que la ansiedad no es un peligro real y que podemos
funcionar a pesar de ella.
¿Por qué es importante aceptar la
ansiedad?
* Reduce la lucha interna:
Gran parte del sufrimiento asociado con la ansiedad proviene de nuestra
resistencia a ella. Al dejar de luchar, liberamos energía que antes se
destinaba a la supresión.
* Disminuye la intensidad de
la ansiedad: Paradójicamente, cuando aceptamos la ansiedad, a menudo disminuye
su intensidad. Es como el efecto de "no pienses en un elefante rosa":
cuanto más intentas evitar algo, más presente se vuelve.
* Fomenta la flexibilidad
psicológica: La aceptación nos ayuda a ser más adaptables y a responder de
manera más efectiva a las emociones difíciles, en lugar de quedar atrapados en
patrones de evitación.
* Permite vivir una vida más
plena: Al no dejar que la ansiedad dicte nuestras acciones, podemos perseguir
lo que realmente nos importa y vivir de acuerdo con nuestros valores, incluso
si eso implica sentir incomodidad ocasional.
(by
Gemini)