“Tanto el optimismo como el pesimismo tienden a ser profecías autoexplicativas. Si espera un resultado satisfactorio, su cerebro resalta los pequeños acontecimientos y las oportunidades que pueden conducirle a lograr el resultado. Si espera un desenlace adverso, su cerebro le hará pensar, sentir y actuar de modo que llegue al desenlace esperado.”
“Las personas que se creen afortunadas perciben y actúan frente a las oportunidades afortunadas, mientras que las personas que creen que son desafortunadas, lo perciben y se permiten sentirse derrotadas por los acontecimientos desgraciados.”
“En el pasado, los seres humanos no comprendían que sus creencias optimistas o pesimistas crearan una profecía “autocumplida”. Ahora sabemos que los seres humanos tienden a interactuar con el mundo de una manera que confirma sus creencias, prejuicios y predicciones. Las personas con actitudes positivas actúan para alcanzar los buenos resultados que esperan. Dan explicaciones positivas para los contratiempos y para mantener sus esfuerzos. Las personas con actitudes negativas aceptan los reveses como prueba de lo que esperaban y como excusa para no trabajar para hacer que las cosas salgan bien.”
“Tanto la esperanza como el optimismo pueden contribuir a la resistencia, porque están orientadas hacia el futuro. Las personas que se sienten esperanzadas y optimistas aumentan las probabilidades de recobrarse y hacer que las cosas sean incluso mejores que antes.”
Al Siebert: La Resiliencia. Construir en la adversidad (Ed. Alienta)