“El curso del cambio de
esquemas suele ser arduo y largo. Los esquemas son difíciles de
modificar. Son creencias profundamente arraigadas
sobre el self y el mundo […] Aunque
puedan ser destructivos, los esquemas
proporcionan a los pacientes sentimientos de seguridad y previsibilidad. Los
pacientes se resisten a abandonar los
esquemas porque estos son centrales a su sentido de la identidad. Prescindir de
un esquema es perturbador. El mundo se tambalea.”
“El cambio de esquemas requiere voluntad para afrontar el
esquema y enfrentarse a él. Exige disciplina
y práctica frecuente. Los pacientes deben observar sistemáticamente el
esquema y trabajar a diario para cambiarlo.
La terapia equivale a declarar la guerra al esquema.”
“El terapeuta y el paciente comprueban la validez de un esquema examinando las pruebas
objetivas favorables al esquema. Este proceso es similar a comprobar la validez
de los pensamientos automáticos de la terapia cognitiva, pero, en la terapia de
esquemas, el terapeuta utiliza toda la vida del paciente como datos empíricos y
no se limita a las circunstancias presentes. El esquema es la hipótesis que debe ponerse a prueba.”
“El terapeuta y el paciente elaboran un listado de pruebas favorables al esquema desde
el pasado hasta el presente; a continuación elaboran un listado de las pruebas que refutan el
esquema. A los pacientes suele costarles relativamente poco componer
el primer listado, es decir, las evidencias que defienden el esquema, porque ya
creen en dichas evidencias. Han estado ensayándolas durante toda su vida.
Generar pruebas que confirmen el esquema les parece natural y les resulta
familiar. Por el contrario, a los pacientes les cuesta
mucho elaborar el segundo listado, las pruebas que refutan el esquema, y
frecuentemente suelen requerir mucho input
por parte del terapeuta, porque desconfían de las evidencias que contradicen el
esquema. Han pasado toda la vida ignorando o
minimizando estas pruebas.”
“Mediante el trabajo experiencial, los pacientes pueden ejecutar la transición existente entre el conocimiento
intelectual de que sus esquemas son falsos y creérselo emocionalmente. Mientras que las técnicas
cognitivas y conductuales extraen su fuerza de la acumulación de pequeños
cambios logrados mediante la repetición, las técnicas experienciales son dramáticas.
Extraen su poder de algunas pocas experiencias
emocionales correctivas profundamente
convincentes.”
Jeffrey E. Young y
otros: Terapia de esquemas. Guía práctica (Ed. Desclée de Brouwer)