“La aceptación es lo que permite el cambio y lo que realmente lo hace posible. La aceptación desarma el programa fundamental de lucha y control con el que muchos clientes llegan a agotarse. Acaba con la necesidad de entablar primero una lucha constante contra los pensamientos, emociones y circunstancias de la vida para vivir luego con un sentido y un propósito”
“Aplicada a los trastornos de ansiedad, aceptación significa
renunciar a
la lucha contra el miedo y la ansiedad. La postura de aceptación
debe traducirse en estar dispuesto a experimentar los pensamientos, recuerdos, sensaciones y
sentimientos de ansiedad tal como son, sin hacer nada por evitarlos ni escapar de esas vivencias ni de las
circunstancias que puedan provocarlas, y sin actuar solo en función de lo que
la mente pueda decir sobre el significado de tales vivencias”
“En el contexto del tratamiento, la aceptación es altamente vivencial.
En su núcleo, la aceptación consiste en acercarse y entrar
en contacto con los pensamientos, emociones y experiencias vitales, completamente y sin defensa. Es «actuar
con lo que se siente», no «actuar porque se siente». Lo que quiere decir que la
aceptación debe experimentarse de forma directa”
“Lo que no está claro por el momento es si la aceptación
puede ser simplemente enseñada. Tenemos la sensación de que es poco probable
que la aceptación pueda desarrollarse meramente a través de instrucciones y que
es necesario experimentarla. […] El problema
estriba en que para transformar nuestra experiencia del mundo necesitamos
permitirnos a nosotros mismos experimentar el mundo
directamente, sin transformarlo, tal como es”
“La aceptación no tiene que ver con que nos guste nuestra
experiencia (pasada o presente) ni con aprobar lo que nos ha pasado o nos ha
dejado de pasar. Tampoco tiene que ver con tener razón. Se relaciona con ser proactivos, no reactivos, y con reconocer y
experimentar lo que es, tal como está siendo”
“Al adoptar una postura de aceptación, los clientes se
sitúan en posición de recuperar el tiempo y energía que, de otro modo, habrían gastado en intentar cambiar lo que no puede ni necesita
ser cambiado. La aceptación activa libera a los clientes para emprender acciones orientadas hacia lo que verdaderamente se puede
controlar y forma parte del vivir”
“La aceptación es más fácil que la no aceptación
precisamente porque se aflojan las
cuerdas de la evitación, la lucha y el control que, por lo general, atan y
unen al cliente con la ansiedad. No hay
necesidad de luchar, no hay necesidad de huir. No se necesita librar la batalla del tira y afloja con los
propios pensamientos y sentimientos”
George H. Eifert, John P. Forsyth: ACT, la
terapia de aceptación y compromiso para trastornos de ansiedad (Ed. Mensajero)