martes, 21 de noviembre de 2023

qué hacer con los pensamientos negativos

Los pensamientos negativos: Hay un Plan B alternativo

LA REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA COMO TÉCNICA DE CAMBIO

 

En ocasiones, no podemos evitar o eliminar los pensamientos negativos, porque no podemos dejar de pensar, esa es la función de nuestra mente. La clave es qué hacemos con esos pensamientos negativos.

 

Las denominadas técnicas de reestructuración cognitiva son una de las herramientas más poderosas que los avanzados tratamientos psicológicos tienen para lograrlo, y representan una de las claves del bienestar emocional de la persona.

 

Siempre hay un Plan B para tus pensamientos negativos, de igual modo que no hay una única estrategia para afrontar las emociones desagradables. Puedes entrenarte en iniciar un diálogo con esos pensamientos negativos, en el que al final obtengas beneficios: refuerzo, bienestar, conocimiento, liberación…

 

Las técnicas de reestructuración cognitiva consisten en aprender a identificar los pensamientos negativos asociados a tu malestar, encontrar las claves y el origen de ese malestar. Y a partir de ahí, reformular la perspectiva desde donde ves las cosas, para creer que puedes pensar de un modo diferente.

 

¿Y cómo sabemos que esos pensamientos, son realmente negativos? Porque son distorsionados y nos alejan de la realidad, y/o porque nos alejan de nuestros objetivos y valores: de lo que queremos ser y que sea nuestra vida.

 

Partir de la máxima de que no por el hecho de pensar algo es cierto, ya es un buen inicio. Es bueno vencer las resistencias y atrevernos a ver otras alternativas al pensamiento que tenemos.

 

Iniciar el cambio de tus pensamientos negativos no es algo automático, es un entrenamiento, y un camino, y como todo recorrido, tiene obstáculos.

 

Obstáculos para cambiar pensamientos negativos

 

Obstáculo 1

“Yo pienso bien, soy objetivo y no hay más realidad que la que yo veo”.

 

Pocas personas considerarían esta afirmación como propia. Sin embargo, creo que todos hemos pensado alguna vez: “sé lo que va a pasar”, “sé lo que me va a decir”, o “lo intentaré, pero no puedo hacerlo”. Cuando piensas así, en realidad, para ti no es una simple hipótesis, sino que crees racional y “físicamente” que eso que piensas es real. Es decir, construyes en tu mente el argumento: pensamiento = realidad.

 

Una de las conversaciones que suelo tener cuando trabajo en el cambio de pensamientos negativos con una persona, trata justo sobre esto. Y estas son algunas preguntas que le hago: ¿Cuándo te has equivocado pensando? ¿Cuándo diste como real algo que no lo era? Y hoy ¿en qué has pensado erróneamente? Y ahora mismo ¿qué pensamiento negativo está activo y tu cuerpo y tus emociones están tratando como real, cuando podría no serlo?

 

Obstáculo 2

La culpa: “No puedo evitar pensar así y ello me hace sentir fatal”.

 

Si llegan a tu mente frecuentes pensamientos que te bloquean, te desaniman, te alejan de tus objetivos y tus valores… no hay nada que estés haciendo mal en ese instante en que aparecen. No hay nada que te haga responsable de que esos pensamientos lleguen a tu mente: son automáticos. No tienes “la culpa” de que los pensamientos negativos aparezcan: no puedes eliminar su aparición.

 

Cuando tu cuerpo te hace sentir opresión en el estómago o en el pecho, algo de aturdimiento y venga de forma continua la misma frase o imagen, no está en tu mano que eso no surja. Pero sí hay algo que puedes hacer en relación a cómo actúa tu mente, justo después de la aparición de esos pensamientos.

 

Eres capaz de hacer que esos pensamientos negativos no se instalen en ti como una realidad.

 

Para que el cambio de pensamientos funcione, hemos de tener una actitud clara y sencilla:

 

No eres culpable de que algunos pensamientos negativos aparezcan. Pero una vez ya han aparecido, sí eres responsable de hacerte capaz de identificarlos, dirigirlos y construir poco a poco una forma distinta de pensar.

 

 Obstáculo 3

“Puedo pensar de otra forma, pero no me lo creo”.

 

“Sí, entiendo que podría pensar que las cosas pueden mejorar y que seré capaz de superar esta ruptura, pero ahora mismo no lo siento así”. “Podría pensar que de este estado de absoluta desolación puedo salir, pero no lo creo posible en esta situación. No puedo sentir que es cierta esa forma de pensar. Sí estuvieras en mi situación pensarías como yo, que no hay solución posible. Puedo pensar lo que me pides, pero sería autoengañarme”.

 

Esta respuesta es normal. Es normal este tipo de razonamiento. Nos está diciendo que… empieza el trabajo.

 

Es normal que no te lo creas en un primer momento. Que no sientas realmente que superarás una ruptura o que la desolación no tiene salida o que cualquier otro mensaje que traiga tu pensamiento no es cierto, no es veraz.

 

La clave no está en pensar de otra forma cuando creas que es real, cuando sientas que es real. La clave está en que tu diálogo interno te haga dudar, y con ello, empezar a actuar de forma distinta, de forma acorde a esa duda. ¿Estoy seguro que no seré capaz de superar la ruptura? ¿Recuerdo si pensé algo similar en la anterior separación? ¿Y he estado feliz tras ello? ¿Y si la supero también esta vez?

 

Sólo tras un tiempo viviendo conforme a la duda que hemos generado respecto al pensamiento negativo inicial, podremos comprobar si esa duda tenía sentido.

 

Cambiar tu pensamiento negativo, aún sin creer que eso funcionará, vivir respecto a ese cambio, y comprobar más tarde si ha ocurrido algo distinto que te haga sentir que ese cambio puede ser más real de lo que sentías inicialmente.

 

https://www.areahumana.es/cambiar-los-pensamientos-negativos/