Los pensamientos negativos: Hay un Plan B alternativo
LA REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA COMO
TÉCNICA DE CAMBIO
En ocasiones, no podemos evitar o eliminar los pensamientos
negativos, porque no podemos dejar de pensar, esa es la función de nuestra
mente. La clave es qué hacemos con esos pensamientos negativos.
Las denominadas técnicas de
reestructuración cognitiva son una de las herramientas más poderosas que
los avanzados tratamientos psicológicos tienen para lograrlo, y representan una
de las claves del bienestar emocional de la persona.
Siempre hay un Plan B para tus pensamientos negativos, de
igual modo que no hay una única estrategia para afrontar las emociones
desagradables. Puedes entrenarte en iniciar un
diálogo con esos pensamientos negativos, en el que al final obtengas beneficios: refuerzo, bienestar, conocimiento,
liberación…
Las técnicas de reestructuración cognitiva consisten en
aprender a identificar
los pensamientos negativos asociados a tu malestar, encontrar las
claves y el origen de ese malestar. Y a partir de ahí, reformular la perspectiva desde donde ves las cosas, para creer que puedes pensar de un
modo diferente.
¿Y cómo sabemos que esos pensamientos, son realmente negativos?
Porque son
distorsionados y nos alejan de la realidad, y/o porque nos alejan de
nuestros objetivos y valores: de lo que queremos ser y que sea
nuestra vida.
Partir de la máxima de que no
por el hecho de pensar algo es cierto, ya es un buen inicio. Es bueno
vencer las resistencias y atrevernos a ver otras alternativas al pensamiento
que tenemos.
Iniciar el cambio de tus pensamientos negativos no es algo automático, es un
entrenamiento, y un camino, y como todo recorrido, tiene obstáculos.
Obstáculos para
cambiar pensamientos negativos
Obstáculo 1
“Yo pienso bien, soy objetivo y
no hay más realidad que la que yo veo”.
Pocas personas considerarían esta afirmación como propia.
Sin embargo, creo que todos hemos pensado alguna vez: “sé lo que va a pasar”,
“sé lo que me va a decir”, o “lo intentaré, pero no puedo hacerlo”. Cuando
piensas así, en realidad, para ti no es una simple hipótesis, sino que crees racional
y “físicamente” que eso que piensas es real. Es decir, construyes en
tu mente el argumento: pensamiento = realidad.
Una de las conversaciones que suelo tener cuando trabajo en
el cambio de pensamientos negativos con una persona, trata justo sobre esto. Y
estas son algunas preguntas que le hago: ¿Cuándo te
has equivocado pensando? ¿Cuándo diste como real algo que no lo era? Y
hoy ¿en qué has pensado erróneamente? Y ahora mismo ¿qué
pensamiento negativo está activo y tu cuerpo y tus emociones están tratando
como real, cuando podría no serlo?
Obstáculo 2
La culpa: “No puedo evitar
pensar así y ello me hace sentir fatal”.
Si llegan a tu mente frecuentes pensamientos que te
bloquean, te desaniman, te alejan de tus objetivos y tus valores… no hay nada
que estés haciendo mal en ese instante en que aparecen. No hay nada que te haga
responsable de que esos pensamientos lleguen a tu mente: son automáticos.
No tienes “la culpa” de que los pensamientos negativos aparezcan: no
puedes eliminar su aparición.
Cuando tu cuerpo te hace sentir opresión en el estómago o en
el pecho, algo de aturdimiento y venga de forma continua la misma frase o
imagen, no está en tu mano que eso no surja.
Pero sí hay algo que puedes hacer en
relación a cómo actúa tu mente, justo después de la aparición de esos
pensamientos.
Eres capaz de hacer que esos
pensamientos negativos no se instalen
en ti como una realidad.
Para que el cambio de pensamientos funcione, hemos de tener
una actitud clara y sencilla:
No eres culpable de que algunos pensamientos negativos
aparezcan. Pero una vez ya han aparecido, sí eres responsable de hacerte capaz
de identificarlos,
dirigirlos y construir poco a poco una forma distinta de pensar.
Obstáculo 3
“Puedo pensar de otra forma, pero no
me lo creo”.
“Sí, entiendo que podría pensar
que las cosas pueden mejorar y que seré capaz de superar esta ruptura, pero
ahora mismo no lo siento así”. “Podría pensar que de este estado de
absoluta desolación puedo salir, pero no lo creo posible en esta situación. No
puedo sentir que es cierta esa forma de pensar. Sí estuvieras en mi situación
pensarías como yo, que no hay solución posible. Puedo
pensar lo que me pides, pero sería autoengañarme”.
Esta respuesta es normal. Es normal este tipo de razonamiento.
Nos está diciendo que… empieza el trabajo.
Es normal que no te lo creas en
un primer momento. Que no sientas realmente que superarás una ruptura o
que la desolación no tiene salida o que cualquier otro mensaje que traiga tu
pensamiento no es cierto, no es veraz.
La clave no está en pensar de otra forma cuando creas que es
real, cuando sientas que es real. La clave está en que tu diálogo interno te haga dudar, y
con ello, empezar a actuar de forma
distinta, de forma acorde a esa duda. ¿Estoy seguro que no seré
capaz de superar la ruptura? ¿Recuerdo si pensé algo similar en la anterior
separación? ¿Y he estado feliz tras ello? ¿Y si la supero también esta vez?
Sólo tras un tiempo viviendo conforme a la duda que hemos
generado respecto al pensamiento negativo inicial, podremos
comprobar si esa duda tenía sentido.
Cambiar tu
pensamiento negativo, aún sin creer que
eso funcionará, vivir respecto a ese cambio, y comprobar más tarde si ha ocurrido algo distinto que te haga sentir que ese cambio puede ser más real de lo que sentías inicialmente.
https://www.areahumana.es/cambiar-los-pensamientos-negativos/