viernes, 17 de mayo de 2024

refutar emociones negativas

 Muchas de las emociones que sentimos no se corresponden con la realidad. Esto se debe a que nuestras emociones están influenciadas por una variedad de factores, incluyendo:

  • Nuestras experiencias pasadas: Las cosas que hemos vivido en el pasado pueden afectar la forma en que interpretamos las situaciones actuales y cómo reaccionamos ante ellas. Por ejemplo, si en el pasado te han criticado tu trabajo, es posible que te sientas ansioso y nervioso cada vez que tengas que presentar un proyecto, incluso si tu trabajo actual es bueno.
  • Nuestras creencias: Nuestras creencias sobre nosotros mismos, el mundo y los demás también pueden influir en nuestras emociones. Por ejemplo, si crees que no eres digno de amor, es posible que te sientas inseguro y celoso en tus relaciones.
  • Nuestros valores: Nuestros valores son los principios que consideramos importantes en la vida. Cuando sentimos que nuestras acciones o las acciones de los demás no están de acuerdo con nuestros valores, esto puede desencadenar emociones negativas como la ira, la frustración o la culpa.
  • Nuestra salud física: Nuestra salud física también puede afectar nuestro estado emocional. Por ejemplo, si no dormimos lo suficiente o no comemos alimentos saludables, es más probable que nos sintamos irritables y de mal humor.
  • El estrés: El estrés puede tener un impacto significativo en nuestras emociones. Cuando estamos estresados, es más probable que experimentemos emociones negativas como la ansiedad, la ira y la tristeza.

 

 

Saber si nuestras emociones se corresponden o no con la realidad puede ser un desafío, ya que las emociones son subjetivas y la realidad puede ser interpretada de diversas maneras. Sin embargo, existen algunas señales que pueden ayudarte a identificar una posible discrepancia:

1. Intensidad de la emoción: Si la intensidad de tu emoción no coincide con la situación, es posible que esté distorsionada. Por ejemplo, si te sientes extremadamente ansioso por hablar en público ante un pequeño grupo de personas, es posible que tu emoción esté exagerada.

2. Duración de la emoción: Si una emoción negativa persiste mucho tiempo después de que haya pasado el evento que la provocó, es posible que no se corresponda con la realidad. Por ejemplo, si sigues sintiendo rencor por algo que sucedió hace mucho tiempo, es posible que tu emoción sea desproporcionada.

3. Impacto en tu comportamiento: Si tus emociones están interfiriendo con tu capacidad para funcionar en tu vida diaria, es posible que no se correspondan con la realidad. Por ejemplo, si evitas hablar en público debido a la ansiedad, es posible que tu miedo sea excesivo.

4. Incoherencia con tus pensamientos: Si tus emociones no coinciden con tus pensamientos racionales, es posible que estén distorsionadas. Por ejemplo, si piensas que eres una persona incompetente pero en realidad tienes un buen desempeño en tu trabajo, es posible que tu emoción de autodesprecio no se corresponda con la realidad.

5. Comparación con la realidad: Si puedes comparar tu reacción emocional con la de otras personas en la misma situación, esto puede ayudarte a determinar si tu emoción es apropiada. Por ejemplo, si todos los demás en la sala parecen estar tranquilos durante una presentación, pero tú te sientes ansioso, es posible que tu ansiedad sea excesiva.

 

 

Darse cuenta de la irrealidad de una emoción negativa es un paso crucial para poder cambiarla. A menudo, nuestras emociones negativas se basan en pensamientos distorsionados o creencias irracionales que no se ajustan a la realidad. Al identificar estos pensamientos y creencias, podemos comenzar a desafiarlos y reemplazarlos por otros más positivos y realistas.

Aquí hay algunos pasos que puedes seguir para darte cuenta de la irrealidad de una emoción negativa:

1. Identifica tu emoción: El primer paso es reconocer que estás experimentando una emoción negativa. Presta atención a tus sentimientos físicos, pensamientos y comportamientos. ¿Qué te hace sentir así? ¿Cuáles son los pensamientos que pasan por tu mente?

2. Cuestiona tus pensamientos: Una vez que hayas identificado tu emoción, comienza a cuestionar los pensamientos que la sustentan. ¿Son estos pensamientos realmente ciertos? ¿Hay evidencia que los apoye? ¿O son más bien pensamientos distorsionados o basados en creencias irracionales?

3. Reevalúa la situación: Intenta ver la situación desde una perspectiva diferente. ¿Cómo interpretaría un amigo o familiar esta situación? ¿Hay otras formas de ver lo que está sucediendo?

4. Refuta tus pensamientos negativos: Cuando identifiques un pensamiento negativo, rebátelo con un pensamiento más positivo y realista. Por ejemplo, en lugar de pensar "Soy un fracaso", puedes pensar "Cometí un error, pero eso no significa que no sea una persona válida".

 

Gemini y Francisco Bengochea